#1 Obra nueva
LA CASA DEL ABUELO
“La casa del abuelo”; un lugar donde el tiempo se detiene y, sin importar la edad que se tenga, eternamente se es niño. Un pequeño remanso donde siempre es momento de jugar, siempre hay algo que investigar e inventar y donde, cuando el clima lo permite, se toma el fresco por norma de la casa. Toda esta esencia hay que saber valorarla y cuidarla para que nunca desaparezca.
Uno de los fuertes más características del parcelario del barrio es la existencia de solares pasantes que vierten a dos calles, con orientación sensiblemente norte-sur. Enclavado entre blancas y austeras medianeras, sobrevive aún una “casa del abuelo”, emplazada sobre una de estas parcela-corredor, con una longitud de 47 metros y unos frentes de fachada de 5,5 metros a sur y 9,30 metros a norte.

Rodeando el corazón de la ciudad de Cartagena, el planeamiento del municipio ha buscado la existencia de ciertas áreas donde las edificaciones no alcanzan gran altura y aún se conserva cierta escala doméstica en la trama urbana. Concretamente al norte del centro urbano se desarrolla el Barrio Peral, un barrio donde prácticamente todas las calles y plazas emanan aún la esencia de la que se hablaba al principio.


La casa del abuelo, con sus gruesas paredes que la mantienen fresca en verano y cálida en invierno, con su patio, sus pájaros, sus plantas, su porche. Pero también una casa que fue evolucionando con las necesidades de una familia que no es la actual; en otra época, donde el confort no entraba necesariamente dentro del programa.

La familia que ahora dará vida y calor a este hogar es la siguiente: mamá quiere un espacio sin barreras, una gran superficie abierta como escenario para su día a día; papá necesita un taller donde poder trabajar el cuero; las niñas un programa de habitaciones y sala de estar donde haya lugar para el estudio, el juego y la intimidad. Y todos quieren un patio para los futuros miembros de la familia, el galgo y el pastor alemán; y un gran jardín con piscina y barbacoa en el que hacer vida y “tomar el fresco” durante los largos veranos de la zona.

